Soñó con otro mundo en dónde podía ser ligera, saltar y tocar las lunas así de fácil, caminar, nadar y respirar aire puro, sin influencias malignas que le destrozaran el alma.
En el fondo de su corazón, encontró esperanza empolvada y tal como siempre, decidió sacarla.
Y ahí la ves, en este mundo no es ligera, pero le gusta cómo la gravedad le aferra los pies a la tierra.