Desperté y sentí que lo quería.
Desperté y tuve el impulso de buscarlo, desesperadamente.
Ví a todos lados, caminé un poco, según yo mucho, ahora dudo de cuánto.
Solo sabía que ese impulso estaba dentro de mi y sin razonar lo seguí.
Anduve ilusionada, confundiéndolo con cuánta cosa encontraba, pero al acercarme y darle una mirada, me daba cuenta de que era otra cosa o que no era nada.
Creo que me confundí, porque caminé y caminé y nunca lo encontré.
Siempre dicen que no se busca, pero yo no quise escuchar, porque me parece estúpido, que si anhelo algo no lo pueda encontrar, que si lo deseo, no lo pueda abrazar. ¿Por qué al que siente que lo necesita, no se le aparece? ¿ Por qué al que se siente pleno, se le planta enfrente, se le aparece, para venir a formar una más de sus alegrías?
En fin, me cansé de buscarlo, pero también de esperarlo, entendí y me uno al rebaño, donde todos caminan sin esperar ni buscar nada, pero a los que algún día un golpe de suerte, hará que éste por sí solo los encuentre.
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